¿LA "ESPAÑA VACIADA" O LA "ESPAÑA QUE NO QUIERE VACIARSE"?

No hay día, desde hace meses, que no oigamos hablar de la "España vaciada": telediarios, políticos, amigos, viajeros... Y qué bien quedamos todos cuando empleamos esas dos palabras, hasta parece que nos lo estamos tomando en serio, ¿no será otra moda más? ¿un nuevo hashtag que poner en nuestros posts o tuits, #laespañavaciada?

Imagino que lo de "desarrollo rural" ya ha quedado obsoleto y olvidado, entre otras cosas, porque, a ver cómo se conjuga eso de "desarrollo rural", por un lado, y la "España vaciada", por otro ¿un poco paradójico, no? ¿después de veintitantos años hablando de "desarrollo rural" resulta que todo ese esfuerzo e inversión ahora se traduce en la actual "españa vaciada"? No sé, pero la única conclusión posible que saco de esa paradoja es que esos veintitantos años no han servido para mucho, al menos no para fijar población y no para desarrollar zonas rurales, o al menos no las más deprimidas, que lo siguen siendo.

¿Por qué? difícil contestar, pero creo que parte de culpa es nuestra, de los que realmente queremos vivir, trabajar y sacar adelante la "España que NO quiere vaciarse", que no es lo mismo que la "España vaciada", que deberíamos comenzar por ahí, por cierto, por cambiarle el nombre, porque lo de la "España vaciada" evoca actitud de rendición y abandono, mientras que la "España que NO quiere vaciarse" invita a la acción y a la lucha por ponerle solución, que todavía es posible.

¿Y por qué digo que parte de la culpa es nuestra?, pues porque sí, porque no hemos hecho mucho para que sea de otra manera (aunque no diré que muchos no lo intentan con especial y encomiable tesón y gracias a ellos todavía estamos a tiempo) pero en general hemos dejado que sean otros los que piensen por nosotros y nos impongan su manera de hacer las cosas en las zonas rurales, aún sabiendo que, ni de lejos, salvo muy honrosas excepciones, sabrán nunca lo que es intentar salir adelante viviendo en un pueblo de menos de 5000 habitantes y no hablamos ya de los de menos de 2000, 1000, 500, 200, 100... 

No sabemos unirnos para defender nuestros derechos, somos pocos y muchas veces mal avenidos, no sabemos unirnos para avanzar en conjunto y conseguir beneficios, no sabemos decirle que no a normas injustas y leyes impuestas que hacen que nuestros productos no valgan nada y que nuestro campo se venga abajo, no hemos sabido reciclarnos para obtener un valor añadido en todo lo bueno que hacemos porque a veces nos hemos conformado con recibir subvenciones, que adormecen y cierran nuestras mentes, mientras los más despiertos, o los más inconformistas, o, sobre todo, aquellos a los que no les ha quedado más remedio, se iban de aquí a buscarse la vida fuera.

Y todos nos quejamos de que los jóvenes se nos van, ¿se nos van o los animamos a irse y no volver porque aquí no hay futuro para ellos? Pues comencemos a crearlo, comencemos por enseñarles desde pequeños que aquí también puede haber oportunidades, que pueden irse, prepararse, ver mundo e incluso quedarse fuera si quieren, pero que también pueden volver y ayudar a crear esas oportunidades y ayudar a que la Universidad llegue a las zonas rurales ¿por qué no? no sería la primera vez y no hablo de cursos esporádicos, hablo de edificios y de gente joven que viene a los pueblos a estudiar y a vivir.

Tampoco hemos denunciado, ni hablado, o al menos no muy alto o no muy claro, cuando hemos visto cómo se tiraba el dinero público en proyectos de supuesto "interés general" que no han llegado a ninguna parte. ¿Quizás nos ha dado miedo? no debería. O quizás no nos gusta que nos clasifiquen en ese grupo de "moscas cojoneras" que protestan por todo, ¿son "moscas cojoneras" políticamente incorrectas? o por el contrario llevan años diciendo lo que todos hemos pensado alguna vez... Su debilidad es ser pocos y ser desconocidos y ¡zas! ya están estigmatizados como "moscas cojoneras", pero si lo que dicen ellos lo dijera alguien conocido o famosillo en uno de sus "retuiteados tuits" entonces eres un valiente y llevas toda la razón, aunque los de siempre tampoco le hagan mucho caso a ese famosillo.

Y no hablemos del "quienismo", el "fotismo" y el "medallismo" tres epidemias enormes que se han instalado en el mundo rural (y no hablo solo de personas públicas) que frenan y frenan y frenan y frenan y vuelven a frenar (je, parece un villancico), pero ¿qué narices importa quien lo haga?, pero si "el quien" es lo de menos, "el quien" somos todos, ¿no sería mejor que nos importara "el cómo" y, sobre todo "el cuando", para no llegar tarde? ¡Uy "el cuando"! no sé por qué tengo la vaga sensación de que "cuando es igual a infinito" en el mundo rural.

Lo que sí se nos da bien es estar divididos, nos encanta, "que malo es conocerse" dicen, pero ¿por qué no intentamos conocer lo mejor del otro y sumamos y dejamos de intentar ver siempre lo peor?. ¡Ah! ¿que no somos nosotros, que nos dividen ellos? lo mismo es porque nos dejamos ¿no? "Divide y vencerás", dijo alguien, que pena que otro no le contestara con más fuerza "une y avanzarás", porque cuando divides, siempre avanzan los mismos, pero cuando unes, avanzamos y ganamos todos y algunas veces, las menos, lo hemos hecho, deberíamos convertirlo en norma y no en excepción, ¿o alguien no está de acuerdo conmigo en que en lo básico, en lo importante, en lo de siempre, en lo que nos ayuda a seguir y ser un poco más felices, no pensamos todos igual? 

¿Entonces?

¿Hacemos algo? ¿No? ¿Esperamos de nuevo que lo hagan por nosotros? Esa historia ya sabemos como acaba ¿lo recordáis? en la "España vaciada"... que nombre tan bucólico ¿lo notáis? ese que te invita a quedarte parado, sosegado, un nombre incluso romántico, de ese romántico light y ñoño que te deja embobado... Ummm... ¿lo estarán haciendo de nuevo? ¿les dejamos? o ¿le echamos un poquito de picante a ese "romanticismo ñoño" y les enseñamos de una vez el potencial que hay, como somos y lo que queremos en #laEspañaqueNOquierevaciarse? ¡Ah! y, por supuesto, cambiamos el hashtag 😉😉

MI BANDERA

Mi bandera.

Esa que me hubiera gustado que me enseñaran a respetar y cuidar desde pequeña. La que quita fronteras y abre mentalidades. La que une a través de montañas, mares, llanuras, desiertos, ríos y bosques. La que no selecciona, ni distingue. La que te convierte en ciudadano del mundo. La que iguala territorios y debería igualar oportunidades. La que nos hace más solidarios y hermanos.

La que nos quita las tonterías y la que nos equipara. La que nos invita a dejar de discutir por nimiedades y a intentar solucionar, juntos, lo grande. La que nos convierte en tan pequeños y tan efímeros que hace que, desperdiciar el tiempo discutiendo, no debiera ser una opción.

La más temida por algunos. La que nos remueve la conciencia. La más olvidada. La más vilipendiada. La más ignorada. La más difícil de portar con orgullo, porque no enorgullecen los cientos de pedazos en los que la hemos convertido.

Y, sin embargo, la única que, aun siendo una utopía, ondeará en el futuro cuando todas las demás se hayan deshilachado por falta de mantenimiento.


MICRORRELATO: ¿MUJER RURAL?

De vez en cuando se acordaba de la ciudad: del barullo, de la actividad desde primera hora, de la vida de la gente palpitando en cada rincón. De vez en cuando sentía que se había dejado algo atrás y, por un momento se preguntaba qué habría pasado si la decisión hubiera sido otra. El zumbido insistente del mensaje de whatsapp la sacó de sus pensamientos –“ven rápido, ha comenzado la paridera”. Sonrió para sí, había acertado.