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JUÁN: En la Oficina de Turismo
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ANA: ¡Anda, que bien!, todo el día sentado y
tocándote las narices si no hay turistas.
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JUÁN:
¿¡”…”!?
Lamentablemente, esta
conversación se repite más a menudo de lo que se puede pensar y lamentablemente
también, ésta es la manera de pensar de mucha gente que no tiene ni idea de lo
que realmente significa trabajar en una oficina de turismo o de lo que se puede
hacer desde la misma y lo que una buena gestión y funcionamiento de estos
sitios influye en la imagen de un destino.
Pero lo realmente preocupante es
que ésta debe ser también la idea que, de las oficinas de turismo, de lo que
representan y de la gente que trabaja en ellas, tienen algunos responsables
encargados de su funcionamiento, sobre todo a nivel local, a la hora de
gestionar la buena marcha o simplemente, la marcha de las mismas, sin pararse a
pensar que el mal funcionamiento o gestión de uno de estos sitios puede
cargarse un destino turístico en menos que canta un gallo.
Probablemente esta percepción
venga de la idea obsoleta basada en que una Oficina de Turismo es simplemente
un punto de información al turista que se contenta con que le sonrías y encima
le regales dos o tres folletos y mapitas. ¡Gran error y más en la era de la
información on line! También puede ser que esta idea preconcebida haya sido
alimentada por casos en los que gente poco profesional (y no me refiero solo al
nivel de estudios sino a la experiencia, el conocimiento y a las ganas de
trabajar) se ha limitado a realizar únicamente esta función y, en ocasiones
hasta de mala gana ¡por favor!, de mala gana, si no debe haber nada más
gratificante que poder contarle las bondades de tu tierra a quien realmente
está interesado en escucharte.
Estoy convencida que esta idea
errónea de concebir las Oficinas de Turismo simplemente como puntos de información es lo que ha hecho
que algunas administraciones responsables no se preocupen de que en ellas trabaje
gente con una muy buena preparación en muchos más aspectos (que van mucho más
allá de la clásica formación turística) que el de ser meros informadores
turísticos, el de conocer todos los recursos turísticos de Extremadura al
dedillo o el de recopilar estadísticas. Ese no es actualmente el único trabajo
a realizar en una Oficina de Turismo y, sin embargo, ese, es el único trabajo
en el que se fija todo el mundo y que parece ser, por los inexistentes procesos
de selección de personal en algunos casos, que puede realizar cualquiera.
Actualmente cuando alguien entra
en una oficina de turismo no busca cualquier información, en la mayoría de los
casos, si te descuidas, viene ya con tanta información aprendida que, a poco
que seas un poco novato en el oficio, te da mil vueltas. Actualmente y, en la
mayoría de los casos, cuando alguien entra en una oficina de turismo busca
mucho más de lo que ha podido encontrar por sí misma y para poder satisfacer
esas inquietudes, la experiencia y el conocimiento profundo y a todos los
niveles de una zona, es lo que, no solo te va a salvar de no quedar como un
idiota, sino que te va a dar la oportunidad de dar a conocer aspectos mucho más
interesantes de un destino y usando esa capacidad para asombrar al viajero para
convencerle de que lo que encontrará en la zona es mucho, muchísimo más que lo
que le ha dicho el ordenador y eso hará que, si ha programado un viaje
demasiado corto basado en lo que encontró, decida programar uno mucho más largo
basado en lo que tú le has contado.
Pero, dejando a un lado este
carácter informativo de las oficinas de turismo, actualmente mucho más exigente
como hemos visto y basado totalmente en la cultura del detalle a la hora de
viajar, me centraré en otros aspectos o trabajos en los que las OT deberían
estar totalmente implicadas.
Ni que decir tiene que, en
multitud de ocasiones, estos lugares son la carta de presentación o la primera
imagen que un viajero tiene de un destino y, ¡qué importante es ese primer
contacto!, sobre todo cuando se viaja un poco a la aventura (no es lo más
normal actualmente pero ocurre todavía en muchas ocasiones) o cuando diferentes
agencias o empresas dedicadas a la programación de viajes llaman a las OT para
ver las opciones a barajar durante el viaje , porque de lo que pase ahí dentro,
de lo que se les cuente y de lo organizada y clara que se tenga la información
que ofrecerles, puede depender que se queden más tiempo, que se coma en la
localidad, que decidan programar viajes anuales o semestrales, que les interese
contratar guías locales para las excursiones, visitar lugares de la zona que no
habían tenido en cuenta, etc.
Por eso, es realmente importante
e imprescindible la labor de promoción que se puede hacer desde las OT, pero no
solo cuando los viajeros llamen o lleguen preguntando, sino anticipándose a
esas preguntas. El personal de las OT debería tener amplios conocimientos sobre
promoción turística y marketing turístico ya que las OT tienen que convertirse en centros de
dinamización y promoción del destino turístico, de la población y la zona así
como en apoyo a las empresas y las entidades locales.
Fuente: www.geoparquevilluercas.es |
Esta labor de promoción implica un incansable
trabajo de organización, síntesis y adecuación de TODA la información posible de
la zona para ofrecer una imagen impecable, clara y totalmente entendible al visitante.
Pero el trabajo no acaba aquí (acabaría aquí
si, como hemos dicho antes nos limitáramos a informar al turista que nos llega),
una vez hecho esto, hay que difundir, incansablemente también, esta información
a través de todos aquellos canales de promoción posibles y utilizando todos los
recursos que actualmente el marketing turístico y la era de la información on
line ponen a nuestra disposición.
Y el trabajo seguirá sin acabar aquí, desde
una OT se debe tener también la capacidad de inventar y diseñar nuevos
atractivos y reclamos turísticos en la zona y recursos para atraer a nuevos
viajeros o hacer que repitan y así fidelizar clientes.
Y, de nuevo, el trabajo seguirá sin acabar
aquí porque no olvidemos la importancia de las OT en la dinamización y ayuda a
las empresas de la zona dónde se encuentran, relacionadas directa o
indirectamente con el turismo. Su labor de dinamización, implicación,
conocimiento de todas las empresas de la zona y qué hacen y a qué se dedican,
os aseguro que influye, y de qué manera, en que el visitante pueda conocer
antes de venir a la zona, la infraestructura turística con la que se encontrará
y las múltiples posibilidades para poder elegir la mejor opción, la que más le
interese o la que más atractiva le resulte y, de nuevo, la OT no puede esperar
a que el viajero pregunte, debe ser ella la que le ofrezca e informe de todas
las posibilidades que se encontrará en la zona. Esta valiosa información, bien
organizada y ofrecida por las OT, constituye una ayuda inestimable e
imprescindible para la dinamización y buen funcionamiento del tejido turístico
empresarial de una zona.
Y, lamento decirlo otra vez pero, por enésima
vez, el trabajo no terminará aquí, puesto que una OT deberá estar continuamente
renovándose, reinventándose y aplicando grandes dosis de creatividad para que la
zona en la que se encuentra, nunca caiga en el olvido ni de quien la visita, ni
de quien vive en ella, ni de quien tiene la responsabilidad de velar porque su
gestión sea la mejor y más adecuada posible.
Puede que después de leer esto Ana, una de
nuestras protagonistas del diálogo del inicio de este artículo, vea a la gente
que trabaja en las oficinas de turismo de una manera diferente y, a lo mejor
Juan, ese buen profesional que se toma su trabajo en serio, puede que se sienta
un poco más valorado y orgulloso de lo que hace. Pero sobre todo, puede que
esos responsables (no todos, por supuesto) de los que depende la buena gestión
de algunas de estas OT, se den cuenta de una vez por todas de lo importante de
su labor, de lo importante de su existencia y de lo valioso que es contar con
una OT en cualquier población, pero sobre todo si es pequeña. Máxime teniendo en cuenta la cada vez más importante labor de promoción del turismo que se hace en España a nivel estatal y de Extremadura a nivel regional y de la importancia que, a estos niveles, se le da a este sector como motor económico esencial.
Los que me conocéis sabéis que no soy
profesional del turismo (en cuanto a estudios), aunque llevo 14 años
dedicándome de muy diversas maneras a este sector tan importante para el futuro de nuestra región, se puede decir que he tocado casi todos los palos y más desde mi último trabajo. No sé si
estoy equivocada al escribir este artículo, aunque creo que no, después de la
experiencia de todos estos años, pero sobre todo me ha impulsado a escribirlo la
impotencia y desesperación de ver cómo, una vez y otra, la falta de interés,
desconocimiento y despreocupación de algunos responsables por la buena gestión
y funcionamiento de estos esenciales puntos de promoción del turismo puede
cargarse, o al menos frenar, un destino turístico, lujo que, en los tiempos
difíciles que corren, no nos podemos permitir.
Le dedico este artículo a todos aquellos buenos profesionales que, trabajando en las oficinas de turismo, se sienten en muchas ocasiones infravalorados, ignorados y, en ocasiones, silenciados. Conozco a muchos...
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