SIEMPRE SOLIMÁN

Eugenio Prieto. Solimán. Mi padre.
Comienzo este blog dedicándoselo a mi padre. Primero con el nombre elegido para el mismo, Siempre Solimán (apodo de su familia, con origen en mis antepasados de Guadalupe, y pseudónimo con el que firmaba todos sus escritos, orgulloso de ser quien era y de venir de dónde venía) y, segundo, con un artículo (entre muchos) que escribió allá por el año 1979 relacionado con esta tierra que conocía, amaba y sentía profundamente.

Lo hago como pequeño homenaje a él (que murió demasiado joven) a sus ideales, a su forma de ser y a lo que representó para mí y me transmitió durante los pocos años que pude disfrutar de su compañía. Le dedico este blog que espero me sirva para echarle un "poco menos" de menos.

LA COMARCA DE LAS VILLUERCAS O LA DESGRACIA (1979)

Todos sabemos que dentro de la evolución que en estos últimos años ha tomado la vida, alcanzando un alto nivel, hay familias en las que la desgracia o la mala suerte se ceba no dejándolas levantar cabeza.

Yo creo que la comarca de las Villuercas es como una de esas familias desgraciadas o con mala suerte, porque hay que ver qué cosas pasan en ella, o, mejor dicho, hay que ver qué cosas no pasan.

Por ejemplo, ¿pasa alguna carretera decente?.

¿Pasa algún ferrocarril ni decente ni indecente a pesar del empeño y los millones que pusieron nuestros antepasados para que pasara?.

¿Pasa alguna gota de agua por las cuatro o cinco mil hectáreas de llanura situadas en los márgenes del último tramo del río Guadalupe, dentro de la provincia (salvo cuando llueve) y en las que podría llover artificialmente cuando quisiéramos?.

¿Pasa algún cacereño el veraneo en estos extraordinarios parajes?.

¿Pasa algún señor estudioso que estudie las posibilidades de esta comarca?.

¿Pasa algún señor caritativo que la socorra?

Por aquí (me decía un hijo de la tierra con pena) no pasa “naide” ni “denguno”  que nos guíe y nos ayude. Si no fuera por la Virgen Morenita … ¡Ay si Ella pudiera solucionar las cosas de la tierra como las del cielo, otro gallo nos cantaría!.

Yo solo puedo decirle como consuelo: ¿Quién sabe si algún día veremos por aquí, además de jabalíes y cazadores, alguna vaca gorda?. 

SOLIMÁN

Cuanto han cambiado las cosas en la comarca en estos treinta y pico de años desde que Solimán escribió este artículo, a pesar de que nos hayamos quedado definitivamente sin ferrocarril, de que todavía se pueda recorrer mucho camino y de la difícil situación que atraviesa el país.

Si lo hubiera vivido habría sido de esas personas que se habría subido al carro del desarrollo desde el primer momento y habría tirado de él, aunque, eso seguro, siempre desde la humildad de ser uno más de sus paisanos, de hecho ya lo hacía entonces, con una mentalidad abierta y adelantada a su tiempo y habría sido increíblemente feliz (y estoy segura que lo es a través de nosotros) al saber que estos extraordinarios parajes, que se conocía al dedillo, por fin han sido reconocidos a nivel mundial como algo realmente especial.

Pero Solimán fue sobre todo una buena persona. Murió, inesperadamente, en 1980, a la edad e 56 años un 12 de octubre, después de dedicarle el día a la Reina de la Hispanidad como Caballero enamorado que era. Está claro que, ese día, Ella no tuvo bastante

Siguiendo la tradición, con su permiso y sabiendo que nunca le llegaré ni a la suela de los zapatos,  me quedo con su Solimán de siempre.